Estuve leyendo acerca de la presentación del nuevo Volkswagen Gol, cuyo
apelativo "Trend" sirve para distinguirlo del ahora antiguo Gol, que se
seguirá fabricando con la denominación "Power". No dudo de que el modelo
será un éxito de ventas, de acuerdo a las características de la oferta en la
Argentina, pero me gustaría hacer algunas consideraciones acerca de su
diseño y, si en verdad vale la pena gastar entre 9000 y 12000 euros por un
engendro brasilero más. (el valor lo doy en esta moneda para que quienes
tengan la oportunidad de conocer los precios del modelo de Volkswagen
equivalente en Europa puedan comparar)
Por empezar, nos encontramos con un auto que no responde en absoluto a los
criterios estilísticos de la marca en su lugar de origen. Haciendo un
esfuerzo, uno puede ver algunas líneas similares a las del Tiguan, pero aún
con menos personalidad. El auto en sí, no luce más moderno que el Gol Power,
ni siquiera luce más moderno que sus competidores. Más bien parece un auto
de hace unos años y en la calle atención paranoicos de la inseguridad- pasa
desapercibido.
Al momento de lanzarse el ahora antiguo Gol, el auto era una especie de Golf
Bonsai, y su ADN Volkswagen es aún hoy fácilmente distinguible pese a no
estar diseñado en Alemania.
En el frente del nuevo modelo nos encontramos con una anchísima parrilla,
insípida, ochentosa y tan ancha que pareciera desplazar las ópticas
relativamente pequeñas- hacia los costados. En efecto, éstas, se extienden
demasiado hacia los laterales y no se montan, como en la tendencia de diseño
actual, sobre la línea del capot, sino que quedan como debajo de éste. Dicho
sea de paso, la parrilla y el paragolpes delantero son una sola pieza, lo
cual provocará que, al momento de romperse éste ante algún choque, el auto
se vaya a quedar sin paragolpes y sin parrilla, aunque acaso esa
circunstancia mejore su aspecto. El capot es un enorme chapón en el que,
estilísticamente, no sucede nada. No hay ni una nervadura, ni una forma que
valga la pena. Unas leves molduras hacia abajo sugieren un vago recuerdo al
capot del Volkswagen Fox, que ya de por sí no es ninguna obra de arte. El
resto es nada. Hasta donde termina el capot, hay más de un metro de nada.
En los laterales es donde los diseñadores brasileros parecen haber salido de
la modorra, y hacen gala de su habitual barroquismo: una nervadura debajo de
las ventanillas que ya vimos en el Palio-Siena y ese ahuecamiento lateral
que para algunos recuerda al Ford Falcon diseñado en 1958, o al Ford Mustang
de 1964. Llantas o tazas con demasiados rayos y algún discutible cromado.
Hasta ahí, puede gustar o no, pero lo que es inexplicable es la pequeñez de
las ventanillas, no porque la línea de cintura sea demasiado alta, sino
porque la línea superior de las ventanillas es excesivamente baja. Las
puertas tienen unos marcos exageradamente anchos. Otra de las cosas
verdaderamente inexplicables es el enorme grosor de los pilares "B", o, para
quienes no entiendan, la distancia entre la ventanilla delantera y la
trasera. Le calculo más de quince centímetros, lo cual hará que la
visibilidad por ese sector sea algo complicada. En los modelos en que este
pilar viene pintado de negro (¿porqué no un gris mate oscuro, que queda más
fino?) esta situación se disimula, pero en los que viene del color de la
carrocería, parece que hubiera un divorcio estilístico entre la ventanilla
delantera y la trasera. Sumémosle que los pilares "A" no son particularmente
angostos y los pilares "C", al no tener tercera ventanilla lateral también
generan un importante punto ciego hacia atrás, me permiten conjeturar que la
visibilidad del nuevo Gol no será una de sus virtudes, y esta característica
acaso oculta una deficiencia estructural de la plataforma.
Es curioso, porque las fotos de prototipos publicadas en revistas
brasileras, las ventanillas presentaban una superficie considerablemente
mayor, y hasta una tercera ventanilla lateral.
La ventanilla trasera tiene un absurdo por lo pequeño- ventilete, ideal
para que los amigos de lo ajeno lo rompan, alcancen las trabas de las
puertas, abran el auto y ya sabemos qué sigue.
El remate posterior acaso sea lo mejor del nuevo Gol, aunque, si a esta
altura no saben diseñar un portón trasero, no se que pensar. La forma
general parece inspirada en el Nissan Micra o tal vez al Renault Clio que
aún se vende en la Argentina. Los faros traseros, que según Volkswagen son
pequeños por representar un homenaje a la primera generación del Gol,
desconocida en la Argentina, no están mal, pero tienen un punto ciego, es
decir, parte del plástico bajo el cual no se enciende luz alguna, sobre los
laterales, lo cual hace que la superficie útil sea realmente pequeña.
Volkswagen dice que es "mucho más habitable" que la anterior generación del
Gol, y tendremos que creerle, porque no suministra las medidas internas.
Excepto una: el baúl tiene la misma capacidad (285 litros) que el viejo Gol.
Apenas veinte litros más que el nuevo Ford Ka. Una verdadera lástima, porque
hoy por hoy, en un modelo familiar de ese tamaño, para cinco pasajeros y 101
C.V. el tamaño del baúl debería orillar los 300 litros. Por supuesto que la
marca festeja que el nuevo modelo, por fin, adopta el motor dispuesto en
forma transversal, innovación del Fiat 128 de 1969.
Viene con una sola opción de motor, pero a no desesperar, en unos meses van
a lanzar la versión diesel con gran pompa, invitaciones a Brasil al
periodismo, grandes campañas publicitarias y todo eso que, en definitiva lo
paga el cliente. Es preciso que las novedades se den con cuentagotas, de
modo que parezcan tales.
Tampoco sería raro la aparición de un "CrossGol" u otra de esas rarezas.
Aunque las revistas especializadas digan que "es pero no es", la plataforma data del año 1999 y es la del Fox. Es lo que hay.
Es difícil que Volkswagen alguna vez explique las razones de estas (para mí)
fallas de diseño, sobretodo cuando no explican porqué a los Fox, CrossFox y Surán se le abren los airbags en choques a baja velocidad y no se le destraban las puertas en caso de accidente, pero todo en este Gol me suena a apuro, a no pensar en una
segunda opción para cada escollo estilístico. Por supuesto, dentro de cuatro
o cinco años, un "esperado restyling" corregirá algunos de estos defectos y
todos, contentos, pagaremos más pesos por el esfuerzo realizado por
Volkswagen.
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